DIARIO DE GRABACIÓN

MIÉRCOLES 9 DE DICIEMBRE DE 2009

Pienso que la literatura es como una red social finita pero ilimitada. Si tienes un libro nunca estarás solo, si tienes un libro nunca estarás loco, si tienes un libro nunca te sentirás abandonado en medio de esta decepcionante realidad. Evidentemente quien escribe, al igual que quien lee, sólo busca comunicarse. Por todo esto, la literatura genera un lenguaje único y confidencial en el que un escritor puede expresar fácilmente sus más profundos temores, sus obsesiones más delirantes, sus manías, sus anhelos, y un lector puede fácilmente sentirse reflejado y comprendido, expandirse, fantasear, sin que las interferencias del lenguaje verbal común puedan ensuciar ese mensaje mágico y secreto.

También pienso que la canción es un sucedáneo bastante decente, que menos tiene que ver con los cerebros y más con las tripas, por lo que el efecto es más intenso y fugaz. Justamente la diferencia entre pensar y cagar.

Por esta razón me gusta escribir canciones, porque es pseudo-literatura de usar y tirar, para lo cual no es necesario estar muy dotado, y porque permite una comunicación sencilla y directa con la gente.

Entonces, por la razón que sea, alguna vez he escuchado alguna garganta vociferando un verso de este grupo y eso me ha hecho sentir increíblemente juancarlesco, henchido de orgullo y satisfacción.

Todo esto viene a que tuvimos el capricho de meter un coro, y escuchar ese lenguaje áspero envuelto en esas voces tan suaves me hace sentir de colores, como un chimpancé con americana y chistera.