LUNES 16 DE NOVIEMBRE DE 2009
“Hoy empieza la historia de la música”
Porque empieza el proceso preparatorio para la grabación del disco inexistencial que, para los profanos, consiste en:
1- Montaje del instrumento (en este caso la batería)
2- Afinación del instrumento
3- Encendido y puesta a punto del aparataje: previos, monitorización, Pro-Tools (Don Protuliano, que a partir de ahora se llamara Doña Protuliana pues, según Pablo Vega, es mujer, dada su afinidad a los cambios de opinión), etc.
4- Elección de microfonía, previos y demás cacharros
5- Configuración de la sesión, que incluye, entre otras muchas cosas, traspaso de claquetas y midis, para que el batakas en este caso, se aclare de por dónde vamos y de lo que está tocando y demás
6- No me llega (frase recurrida que significa que no llega la señal de audio, es decir, que algo no funciona)
7- Espera que acabo el midi (frase recurrida también en relación a Doña Protuliana)
8- Vale, mientras voy haciendo un change
9- No me llega
10- Espera, mira a ver ahora
11- Espera tú, que estoy con el midi
12- Me aburro
13- Cállate un rato anda
14- ¿Llega ahora?
15- No
16- ¿Ahora?
17- No
18- Me aburro
19- Calla
20- Espera, que hago un change
21- Etc.
Héctor y yo hemos empezado a poner en práctica nuestra teoría de que el equilibrio emocional reside en los pies izquierdo y derecho de forma que el hemisferio derecho del cerebro controla el pie izquierdo y el hemisferio cerebral izquierdo controla el pie derecho, porque si no, los dos hemisferios controlarían el mismo pie y no podríamos jugar al fútbol. Esta concepción de equilibrio se puede comprobar fácilmente colocando sendos calcetines de distinto color en cada uno de los pies, y deriva ineludiblemente en el universo hiperrealista metafísico, que es una forma de creación artística que combina a la perfección las teorías freudianas y lacanianas, el arte pop, la pintura de Antonio López, una palangana disfrazada de soldado raso y la cara de Terminador cuando se le peta el Windows justo cuando está a punto de aniquilar a su enemigo.
De entre los muchos adjetivos de los que es capaz Pablo, hemos descubierto que el bombo de la batería de Héctor es “cebollón”, cosa que nos ha tranquilizado muchísimo, y que el estilo de música de nuestro grupo, en consonancia con el hiperrealismo metafísico anteriormente expuesto, es el “kinki-punki”, definición que detallaré exhaustivamente en capítulos posteriores.
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