“Hay demasiados que levantan el puño izquierdo y meten el derecho en tu bolsillo” Quique González
Creo que estoy entrando en una fase que me resulta familiar cuando escucho a mis abuelos o a mis padres. Es la fase del desencanto político.
Que sí, que hay crisis, ya lo sabemos todos.
No quiero entrar en el viejo debate de que si a los gobiernos de izquierda hay que exigirles mayor austeridad por defender determinadas ideas y patatín.
Pero, leches, cuando se dice una cosa y se hace otra no tiene otro nombre que hipocresía, eso es de EGB.
Es esa maldita costumbre medievalesca de tratar a la gente como ovejas, que si fuera por eso ninguno de nosotros tendríamos derecho a votar (además, en un país como España lo que dice el pueblo va a misa, de toda la puta vida, que se lo pregunten a Alfonso XIII), y me jode especialmente cuando lo hace la clase política, invitándote a pensar lo que a ellos les de la gana o, si no cuela, pues a no pensar. Muerto el perro se acabó la rabia.
Entonces, por muy repeinado que salga cristiano en la tele seguiré pensando que es un niñato que no se entera de nada, y por mucho que adulen al floren y a su amigo miguelito seguiré pensando que son unos hijos de perra, y por mucho que me roben para cuidar mi salud y bienestar seguiré fumando porque me sale de los cojones, y seguiré conduciendo para ir al trabajo mientras tenga trabajo, hasta que me vea obligado a vender el coche para comprar gasolina, a pesar de que a este paso me acabarán queriendo multar hasta por el color de mis calcetines, y por mucho que me insistan seguirá sin darme la gana de pagarle el coche al del pollo frito, y por mucho que Zapatero arroje billetes (más bien pagarés) sobre el cielo de Madrid desde su jet presidencial seguiré pensando que hay crisis.
Porque no soy una oveja y pienso lo que me sale de los huevos.
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